--Una persona inspirada.
Trey.
—¡Trey Petryfork! ¡Ven aquí en este mismo instante!
—Oh mierda. Mierda. Mierda. Mierda. ¡Esto es malo! Ni siquiera me ha visto y ya
comenzó a gritarme… ¿Qué hice mal? Empiezo a repasar la lista de cosas que hice
antes de encerrarme en el cuarto para sanar mi herida con Jason. Levanté el
desastre de la sala… Y también saqué la ropa de la lavadora… Cogí papas, aunque
estoy seguro de que no dejé migajas y el gatito que encontré en la calle está
justo aquí…
Observo el suelo con atención.
¿Dónde está ese jodido gato?
—¡Trey! —gritó mi mamá, todavía más fuerte. Me hice
una bola en mi cama. Maldito gato, todo es su culpa.
Jason se encogió en el colchón que coloqué para él
en el piso.
—Hombre, más vale que vayas… Creo que tu mamá
podría iniciar la Tercera Guerra Mundial cuando se enoja… —me vio afligido y
luego se estremeció—. ¡Dios, no tendría ni comparación con Hitler!
Quise reír, pero no pude. Me aguardaba una buena…
Mi idea era sanar por la noche para que a la mañana siguiente mi madre no
pudiese fijarse mucho en mis golpes; sí, bueno, ahora ese plan no serviría.
Eso está claro.
—¡Trey, más vale que bajes en este instante!
—comencé a salir del cuarto, mientras Jason me seguía para darme apoyo—. No me
hagas contar hasta 3…
¡Maldita sea!
Comencé a correr para bajar las escaleras y llegar
hasta la cocina antes de que empezara a contar. Créanme cuando digo que si mi
mamá llega al tres, es porque ¡Llega al tres!
Como un perro arrepentido, me posé atrás de ella,
mientras veía cómo sostenía al pobre gato desde el pellejo mientras él
maullaba, tratando de lamerla. Pude sentir su mueca de horror desde que entré,
todo lo contrario a mi hermana, Rachel, que lo veía con amor.
—Má… —alzó una mano, deteniéndome, todavía sin
verme. Lo analizó unos segundos más.
—¿Dónde lo conseguiste? —me preguntó con
brusquedad. Tragué duro, esto no iba a ser bueno.
—En la calle…
Vi como asentía con reprobación.
—¿Y lo trajiste a casa por qué…?
Porque es malditamente adorable y no estaba
pensando bien.
—No es bueno que un gato de ese tamaño vague solo
por las calles, mamá…
—Claro… Y no pensaste en pedirme permiso como… No
lo sé, ¿llamarme?
Dios, estaba tan jodido.
—Perdón, no lo pensé.
En ese mismo instante, el gatito me vio y comenzó a
maullar todavía más fuerte, haciendo que mi mamá quisiera tirarlo por la borda.
Amo a mi madre, pero ella odia a todo tipo de animal existente… Cuando era
pequeño, le pedí que me comprara un dálmata y casi me asesina con la mirada.
Nunca más volví a preguntarle tal atrocidad.
Mientras que yo planeaba algo para salir vivo de
esto, mi hermana observó al pequeño gato con adoración y sonrío cuando él se dio
la vuelta y la lamió.
—Mamá, ¿podemos quedárnoslo? —le dio su mejor cara
de perrito arrepentido y, entonces, me vio a mí…
Juro que casi se le va el aliento.
—¡Trey! ¿Qué te…?—su boca fue tapada por la mano de
Jason, que la atrajo hasta él para que callara. Rachel iba a protestar, sin
embargo, cuando vio que era él quien la estaba callando, se sonrojó y calló.
A veces era tan rara.
—¿Qué de qué, Rachel? —preguntó mi mamá, curiosa y
entonces se volteó por las palabras de mi hermosa hermana y me preparé para lo
que venía después. Creo que hasta vi a Jason encogerse.
Abrió los ojos como pequeños platos chinos.
—¡Oh por todos los cielos, Trey! ¡¿Qué te pasó?!
—sus manos fueron inmediatamente a mi rostro y yo gemí. ¿Acaso no veía que
parecía un boxeador recién salido del escenario?
Ella hizo una mueca, su mirada pasando de la
compasión al enojo.
—¿En qué te metiste, Trey Petryfork? ¿Otra vez en
peleas? ¿¡Qué te he dicho de andar en peleas, eh!? ¡No traen nada bueno!
He aquí un dato curioso de mi mamá, cuando ella se molestaba me regañaba, pero no era
mucho, además de que su voz se mantenía en un tono razonable. En cambio, cuando
ella se enoja, su voz consigue este
tono de una de esas señoras de color cuando hablan. Y hace los típicos “Mhm…” y
todo eso… Cuando hace el “Mhm” da miedo.
Un poco como ahora.
—Yo…
—Lo asaltaron, señora… —intervino Jason, salvando
mi vida. Se volteó rápidamente para darle una ojeada a mi mejor amigo y cuando
cruzó otra mirada conmigo, sus ojos se tornaron en algo compasivo.
Suspiré con alivio.
—Oh, cariño… ¿Qué te robaron? —su mano acarició mi
rostro.
Buena pregunta. ¿Qué me robaron? ¿Qué me robaron?
¡El celular! No, aun lo tengo… ¿La ropa? Mierda, tendría que estar desnudo… ¡Me
quitaron los zapatos!
Por Dios, no podía ser más patético.
—No me robaron nada, mamá… Los golpeé un poco y
luego llegó Jason, así que no les dio mucho tiempo.
Vaya, vaya… Al parecer mi lengua estaba más rápida
que mi mente hoy.
Buen chico, lengua. Buen chico.
Mamá buscó la mirada de Jason para su aprobación y
él asintió. Preocupada, fue hasta el refrigerador y en dos segundos tenía una
chuleta congelada en mi cara.
—Por Dios, mamá… ¿Una chuleta? ¿En serio? —me
quejé. Ella frunció el ceño profundamente.
—¿Qué te he dicho de usar el nombre de Dios en
vano, Trey?
Quise rodar mis ojos.
—Que es pecado…
—Exacto. —tocó mi cuerpo en busca de alguna otra
cosa mal y gemí cuando apretó mi costilla—. Ahora, sostén esta chuleta mientras
voy a buscar algo para ponerte ahí.
Oí como Rachel se rió por lo gracioso que sonó lo
que dijo mamá y Jason quitó la mano de su boca, sonriéndole con ternura.
—Por un momento pensé que me morderías, linda.
—ella se sonrojó. Era muy raro, pero Jason era el único que lograba que se
sonrojara. Tienen esta extraña relación que yo no puedo entender, aunque
siempre lo reprendo diciéndole que tiene 12, la otra semana 13. Él solo me mira
de forma rara y sigue con su vida.
Idiota.
—No lo haría… —él le dio una mirada escéptica y
ella bajó la mirada. La verdad, lo había mordido varias veces para quitárselo
de encima—. Por lo menos esta vez no lo pensé.
Él volvió a sonreírle.
—Claro, Rach.
Se mordió su labio inferior y cruzó miradas
conmigo. Se levantó realmente rápido, me dio un pequeño abrazo y salió
corriendo de la habitación.
—¡Me voy a dormir, adiós! ¡Buenas noches! —y así,
desapareció de la habitación. Escuché la risa de mi mejor amigo y yo dejé pasar
la situación esta vez. Me dolía, literalmente, todo.
—Me quedo a dormir.
Rodé mis ojos.
—Claro, gracias por preguntar.
Él sonrío.
—Sabes que dirías que sí de todas formas.
Meneé mi cabeza, divertido.
Minutos más tarde, mamá entró con una bolsa de
hielo del tamaño de mi tía Rita y miró a Jason con una sonrisa.
—¿Te quedarás a dormir, cariño?
Él asintió.
—Justamente, Trey me lo acaba de pedir.
Me dio una mirada sarcástica y yo le saqué el dedo
del corazón sin que mi madre se diera cuenta. Jason soltó una carcajada.
—Muy bien, quiero que ustedes dos vayan al cuarto,
se acuesten ahora mismo y me esperen, ya que tengo que enfriar esta cosa para
ponértela, hijo.
Mi cara se tornó en una mueca.
—¿Enfriarla? Mamá, está llena de hielo.
Se encogió de hombros.
—Entre más fría, mejor.
Me estremecí y volví a escuchar el maullido del
gatito. Observé el suelo con curiosidad. No me había dado cuenta cuando mi mamá
lo puso en el suelo.
Lo alcé con cariño.
Mamá suspiró.
—Dejaré que te lo quedes solo porque te quité el
carro y por eso te asaltaron.
La observé, asombrado. Vaya, se había echado la
culpa sin que yo se lo dijese… Raro.
—Ahora, llévate esa bola de pelos anaranjada a tu
habitación —sonreí. Amaba a esa mujer.
Haciéndole caso, Jason y yo subimos las escaleras
con toda la calma del mundo, hasta que cruzamos el pasillo y entramos a mi
cuarto. Cerré la puerta sin seguro y me tiré sobre mi cama, casi aplastando a
“la bola de pelos” y dejándolo libre,
mientras Jase hacía su camino hasta el colchón de abajo.
Pronto, me encontré con sus ojos azules
observándome fijamente.
—¿Qué?
Alzó sus cejas con curiosidad.
—Y… ¿cómo se llama la chica?
Lo miré aturdido.
—¿Qué chica?
Él volteó los ojos.
—No me vengas con la cara de inocencia. Te vi
peleando, Trey, estabas iracundo y no creo que esa ira viniera de ninguna
parte… —me volvió a mirar, esperando a que soltara todo y como no lo hice,
siguió—. Tú no te metes en peleas… ¡Maldita sea, la última vez que peleaste fue
porque Jeremiah Stones le dio un beso forzado a una chica del colegio que
medianamente conocías!
—Se lo merecía —dije con convicción. Ese idiota
pudo haberla violado, no es broma.
—Mi punto aquí es… —me miró fijamente—, esa pelea
no fue por nada. Algo hiciste para ganártela, porque además fue una emboscada y
debo creer que, si te metiste en una de esas peleas o una de dos. O te
enamoraste como una cabra de nuevo o te gusta mucho una chica.
Mi mandíbula se apretó.
—La conozco hace tres días, Jase. Es imposible que
esté enamorado de ella…
Él le regaló una sonrisa pícara.
—Pero te gusta.
Mmm… ¿Eso es una pregunta capciosa?
—Oh, ¡cállate! Ni me respondas, ya te vi. Estás tan
jodido.
Me enterré en mi almohada.
—Te odio, Jason.
Dio una carcajada sonora.
—Y… ¿cómo se llama? —Estoy seguro de que meneaba
las cejas
—¿Cómo se llama quién? —preguntó mamá, entrando en
la habitación.
Gemí.
—Nadie, mamá.
Rogué porque Jason no dijera nada, pero mi suerte
no era tan buena.
—La chica que le gusta a Trey.
Me volteé para ver a mamá, quien me observaba con
los ojos abiertos y una pequeña sonrisa.
—¿La pelirroja de hoy?
Agh, qué más da.
—¡Oh, entonces es pelirroja! —Sentí el peso de
Jason en mi cama, ya que se estaba sentando en ella, casi acostándose—. Y… ¿es
linda, señora Petryfork?
Mamá sonrío, sin dejar de verme.
—Me pareció que no era linda… —¡Hey! Liz es
realmente linda, es más… Linda no es una buena descripción para ella es…—Ella
era preciosa.
Ah, bien. Por un momento pensé que no era mi mamá y
era un alien o algo así.
Jason aplaudió.
—¡Ah! Nunca dudé de tus buenos gustos, amigo.
Me tapé los ojos con la mano. ¿Por qué tenían que
ser tan exasperantes?
—Mamá, ¿podrías ponerme el hielo de una vez y ya?
La oí suspirar.
—Está bien, pero luego hablaremos de esto… —me
dijo, mientras alzaba mi camisa y ponía el hielo contra mis costillas.
Estrujé mi nariz, ¡mierda! Estaba frío.
—Ahora, ya que no te pusiste pijama, tendrás que
dormir con la misma ropa, ¿está bien? Y no te quites esa cosa por nada del
mundo, sino… Jason te la pondrá de nuevo.
Cerré mis ojos, tratando de dormirme antes de
tiempo.
—Está bien, mamá… —escuché algo como un “Qué
muchacho”, mientras me daba un beso en la frente—. Buenas noches, chicos.
—Buenas noches, mamá de Trey.
Ella le sonrío a Jason, le hacía gracia cuando la
llamaba así.
—Buenas noches, Jason.
Escuché cómo mamá discutía con el gatito, porque se
había enredado en sus piernas y antes de que cerrara la puerta, la detuve.
—Mamá…
—¿Sí?
Abrí mis ojos y la miré con una sonrisa.
—Te amo.
Ella sonrío con ternura y suspiró.
—Y yo a te amo a ti, cariño. —y con esas últimas
palabras, cerró la puerta y la oí bajar las escaleras cantando una canción de
country.
Meneé mi cabeza divertido. No hay mejor mamá que
ella.
—Así que… —Jason tomó al gatito en sus brazos.
Tengo que ponerle un nombre…—, nombre.
Lo vi con una sonrisa sardónica.
—Si te lo digo, ¿me dejarás dormir en paz?
Él asintió, sonriendo a su vez.
—Elizabeth…—Curioso. Hasta ahora me doy cuenta de
lo mucho que me gusta decir su nombre. Las letras salen con fluidez de mi boca
y me fascina esa sensación.
Jason volvió a reír.
—Oh Dios, qué jodido estás.
—¿Qué te ha dicho mamá de usar el nombre de Dios en
vano, Jason? —le dije, divertido.
Él rodó sus ojos.
—Que es pecado.
Nos miramos fijamente y reímos. Reímos como dos
tontos haciendo travesuras y finalmente, yo con mi almohada en brazos y él con
el gato entre sus regazos, nos dormimos con una sonrisa incrustada en la cara.
Elizabeth.
Algo brillante asoma por mis párpados cerrados y
hago una mueca, casi gimiendo en protesta. No quiero despertarme, tengo mucho
sueño. Me giro al otro lado, evitando la luz del Sol contra mí, pero como si
todo estuviese planeado, su calor me da en la espalda y me acalora. Meto mi
cabeza entre la almohada, sin embargo, creo que ya me desperté. Con una pereza
poco frecuente en mí, me levanto de mi hermosa y calientita cama para dirigirme
arrastrando hacia el baño.
Me duele todo, absolutamente todo. Mi espalda
truena cuando me hago para atrás y mis piernas se sienten como pesados yunques
contra el suelo. Esas son las desventajas de jugar tenis con tantas ganas de
ganar…
¿El lado negativo? Ni siquiera gané.
Finalmente llego al lavabo y cojo mi cepillo de
dientes, colocándole una pasta barata que venden en el supermercado. Ahora que
lo veo, debo hacer las compras si no quiero morir de hambre… Aunque eso no
sería una gran noticia.
Suspiro. No sé de dónde rayos sacaré el dinero,
creo que tendré que conseguir un trabajo próximamente.
Mientras me lavo mis dientes, trato de pensar en un
lado positivo de las cosas, sin embargo, es difícil encontrarlo… Observo mis
brazos con atención. ¡Oh, sí hay un lado positivo! Las heridas ya casi están
cicatrizadas, no se notan tanto como el lunes. Eso es bueno…
Enjuagando mi boca, expulso el agua unos segundos
después y me dirijo a la ducha para bañarme. Me quito mi pijama sucia con toda
la paciencia del mundo —no bromeo cuando digo que me duele todo—, y me adentro
en el baño para relajarme un poco.
El agua corre con rapidez y yo la dejo deslizarse
por mi cuerpo como si fuera una caricia. En realidad está fría, pero no tenemos
dinero como para tener un tanque de agua caliente o algo parecido, aunque creo
que ya me acostumbre a ella. Después de todo, en los pocos recuerdos que tengo
de mi madre, recuerdo como se quejaba cuando sí teníamos agua caliente, ya que
reclamaba que “el agua fría hace que la piel se mantenga firme y evita la
celulitis”. Era como su mayor temor; tener celulitis. Creo que pensaba que si
la tenía, papá la dejaría o algo así, lo que, a mí parecer, me parecía y me
sigue pareciendo una cosa tonta. Si hay algo que no dudo de mi papá es que él
la amaba y lo sigue haciendo.
Tomo mi botella de shampoo y la agito. Hago una
mueca. Sin duda tengo que ir a la tienda, ya casi no queda nada.
Usando el poco que queda, lo unto en mi pelo y lo
lavo con fervor, tratando de que conserve un buen olor, durante, por lo menos 2
días. Si no voy pronto, la próxima vez que lo lave, tendré que usar jabón y no
es una cosa de mis favoritas para utilizar en mi cabello.
Unos minutos después, cuando estoy bien enjabonada
y fresca, salgo de la ducha y me seco el pelo con la toalla y… bueno, todo lo
demás. Me envuelvo en el paño y salgo tal cual pollo mojado hasta mi cuarto,
donde cojo una de mis mejores blusas y un pantalón medianamente decente.
Lastimosamente, la que llevé ayer se está lavando con un tratado especial,
porque no es como si la basura se le quitara fácilmente.
Ya lista, comienzo a bajar las escaleras hasta
llegar a la sala y ver todo limpio. Entrecierro mis ojos. Yo no limpié ayer…
Llegué tan cansada que me fui directo a dormir.
Me dirijo a la cocina y mi aliento se queda en mi
garganta. Observo la mesa anonadada. Él está ahí, sentado, tomando café y
leyendo el periódico. Mi cabeza da vueltas. Ayer por la noche estaba sobrio.
Hoy también o eso parece, pero… ¿Por qué?
Trato de recordar qué día es hoy. No se cumplen
años de la muerte mamá, porque entonces tendría sentido. Tampoco es como si
ella cumpliese año hoy…
Mis ojos vuelan a algo como un calendario. ¿Qué día
es hoy? ¿23 de enero? ¿¡Hoy es 23!? Mi mente recuerda. Si el lunes fue 20 y hoy
es jueves, se supone que hoy es…
23 de enero. Cumpleaños de mamá.
Siento un nudo en mi garganta y cierro los ojos.
Por eso está sobrio, son los únicos días en que lo está. Lo hace porque cada
vez que ella cumplía años, papá le preparaba su desayuno favorito y yo se lo
llevaba a la cama, para después pasar todo el día juntos. Extraño esos días.
Sintiendo mí mirada, él levanta sus ojos y me
observa con curiosidad. Luego sonríe con esos hoyuelos tan lindos que siempre
ha tenido y alza su ceja.
—¿No te vas a sentar? Preparé el desayuno.
Trago fuerte.
—Buenos días… —digo en una voz casi inaudible. Él
se levanta de la mesa y me sirve huevo con tocino y una tostada con mermelada y
queso derretido. Sé que suena asqueroso, pero en realidad, la jalea y el queso
hacen buena combinación.
Lo veo anonadada.
—¿De dónde sacaste la comida?
Él frunce el ceño.
—Pues, no sé si lo sabías, Liz, pero hay algo que
se llama supermercado…
Ahora a mí me toca fruncir el ceño.
—Claro que lo sé, papá. Voy dos veces a la semana…
—me da una sonrisa triste y yo doy un mordisco a mi tostada—. Me refería a que,
¿en qué momento lo hiciste?
Se encoge de hombros.
—Llegué hace como media hora… —me ve
tentativamente—Y, ¿cómo quedó la tostada?
Yo lo observo a él, miro al hombre que es mi padre
y que a la vez ha dejado de serlo por muchos años y aunque debería tenerle
odio, rencor, tal vez hasta repulsión, lo único que tengo es amor por él,
porque sigue siendo mi papá.
Yo sonrío.
—Nadie las hace como tú, papá.
Él sonríe.
—Eran las favoritas de tu madre…
Asiento.
—Lo sé.
Nos miramos unos segundos más y yo sigo comiendo,
sin embargo, en el proceso, mi manga se sube un poco, y casi no me doy cuenta.
Hasta que él sí lo hace.
—¿Qué te pasó en los brazos? —me pregunta con
preocupación. Me congelo en medio acto de aplastar un tocino con mis dientes.
—¿Ah?
Él señala hacia mis muñecas.
—¿Qué son todas esas cortadas que tienes ahí?
Estoy totalmente confusa. ¿Qué qué son? ¿Está
jugando conmigo? Busco sus ojos, en señal de que esté tratando de encubrirse o
hacerse el listo para que yo crea que no lo recuerda, pero no es así. Él no
recuerda nada de lo que me ha hecho… ¿Estaba así de borracho? ¿Tan borracho
como para no recordar lo que me ha hecho día a día?
Trago lentamente mi tocino. Debería decirle,
acusarlo de que lo hizo, tal vez caiga en conciencia y deje de embriagarse al
punto de no recordar, pero no lo hago. Llámenme cobarde o idiota, pero no lo
haré.
—Me cayó una botella encima… —digo tentativamente,
tal vez eso le traiga recuerdos, sin embargo, su mirada está en blanco, solo
con preocupación.
—¿Cómo rayos pasó eso?
Meneó mi cabeza.
—Traté de alcanzar algo de un lugar muy alto y me
cayó encima.
Él hace una mueca.
—Perdona, Liz, sé que no he estado muy presente
últimamente.
No, sí lo has estado, solo que no lo recuerdas.
—Está bien —digo y me levanto rápidamente para irme
al colegio; no es tarde, pero no quiero seguir esta conversación—. Me tengo que
ir, papá. Adiós.
Él se levanta de la mesa y se acerca a mí.
Instintivamente me hago hacia atrás, evitando algún contacto físico que pueda
lastimarme, pero él no parece darse cuenta de mi miedo.
—Adiós, cariño. Pásala bien —y para mi sorpresa, me
atrae hacia él y me abraza. Me quedo un poco inmóvil, incapaz de hacer un
movimiento, sin embargo, luego coloco mis brazos alrededor de su cintura y
huelo su olor. El olor real que él mantiene; yerba buena, ese es su olor
natural. Algunas lágrimas asoman por mis ojos, porque lo único que puedo pensar
es que este puede ser uno de los pocos abrazos que recibiré en años y me separo
rápidamente, para que él no me vea.
Murmuro algo como un “adiós, papá” y voy hasta la
puerta, como si huyera de algo que no puedo entender. Sé de lo que huyo. Escapo
de su gentileza de hoy, porque sé que mañana no será igual. Mañana él tomará y
saldrá y se embriagara hasta el punto en el que, al regresar, no recuerde nada
y me pegue, porque es la única forma para olvidarse de ella.
Para olvidarse de mamá.
Él toma tanto por eso, porque sabe que quedará casi
inconsciente y esa solo es la forma más simple de no tener su recuerdo en su
mente; así, él no la recuerda cada día, a cada hora, en cada minuto de su vida.
No tiene la valentía para recordarla con amor y no con un odio clandestino por
sentir que ella lo dejó olvidado. Resulta egoísta si lo ves por mí parte,
porque nunca pensó que mamá no solo lo había “dejado” a él, sino también a mí y
a una familia que pudo ser realmente grande y linda en un día como hoy.
Meneo mi cabeza, tratando de apartar recuerdos
insatisfechos de mis pensamientos y sigo caminando por la acera, viendo hacia
el piso y rezando por no encontrarme con nadie en el camino.
“Pásala bien”. Recuerdo su frase antes de irme… No
sé si quiero reír o llorar por sus palabras. Reír porque él piensa que es
posible que la pase bien ahí o llorar porque él no sepa todo lo que pasa en mi
vida…
Camino un poco más y observo algunos carros ir por
la carretera y entonces me golpea. No la paso tan mal últimamente. Es verdad,
lo único bueno que no es malo en el colegio es él. Trey.
Sonrío ante su nombre, es un nombre divertido,
corto, lindo, original diría yo. Es como él… Le va perfectamente.
Continúo caminando hasta que llego finalmente al
colegio y subo las escaleras, no sin antes darme cuenta de que he sonreído todo
el camino hasta aquí. Toco mi sonrisa y la quito de manera improvista, porque
es un poco vergonzoso pensar que estoy sonriendo por pensar en él… Me refiero a
que, ¿quién hace eso?
Cuando entro, lo hago cautelosa. Me fijo en las miradas
de todos, esta vez preparada por si alguien quiere hacerme una jugarreta, pero
lo único que hacen es reír al verme. Algunos me gritan cosas como “la basura al
basurero”, y aunque me duele en el fondo, solo camino con la cabeza gacha,
tratando de llegar a mi casillero tranquila, porque a veces ese es el único
lugar seguro para mí.
O tal vez ya dejó de serlo.
Justamente abro mi casillero y me encuentro con un
montón de basura tirada contra mí, o más bien, contra el piso. La veo ahí,
regada, inmóvil y me estremezco. La sensación de suciedad ayer en la mañana fue
horrible y sinceramente no creo que vaya a ver la basura con los mismos ojos
con la que lo hacía antes.
Cierro el casillero y me apoyo contra su tapa dura
y fría. Suspiro temblorosamente, un poco al borde de las lágrimas. A veces
pienso en esto, en todo lo que me pasa aquí. Me pregunto qué es lo que hice
para que me odien de esta manera… ¿Fue algo de lo que no recuerdo? ¿Un momento
bloqueado por mi mente? ¿O es tan solo que las personas pueden ensañarse con
una persona y odiarla de por vida? Porque si es así, jamás habría pensado que
el mundo podría tener gente como ellos.
Mamá siempre decía “Todos tienen algo de bueno”. La
cosa es que, sinceramente, estoy comenzando a dudar de su sabia frase, que
algún día pensé, era verdadera.
Me separo del casillero y de su frío metal para ver
hacia el pasillo y lo veo a él, aproximándose con una seguridad increíble y una
sonrisa que muchas chicas siguen al verlo pasar, esperando que esa gran
sonrisa, radiante y blanca, tipo “anuncios de Colgate” sea para ellas… Pero es
para mí. Me sonrojo instintivamente y realmente quiero pegarme contra la pared,
¡no entiendo por qué últimamente lo hago tanto!
Y cuando está más cerca, me quiero caer al piso…
Oh por todos los…
—Buenos días, ángel —me dice mientras coloca un
beso en mi mejilla. Estoy demasiado aturdida para notar su calidez en ella y lo
veo anonadada.
—¿¡Qué rayos te pasó!? —pregunto con preocupación.
Inmediatamente y sin dejarme pensarlo, llevo mi mano hasta el gran morete de
color morado y azul que está posado en su mandíbula. Toco su cuerpo, en busca
de alguna otra herida y gime cuando aprieto sus costillas. ¿Pero qué…?
—Trey…
Él me da una mirada dubitativa.
—Me asaltaron ayer por la noche.
Mi mirada salta a sus ojos y lo veo fijamente. Él
está mintiendo tan mal.
—No me mientas, Trey. ¿Qué te pasó?
Sus ojos se agrandan un poco, no creyendo que yo no
le haya creído. Sí, bueno, son años de ver mentiras inocentes de otros
compañeros cuando yo me quejaba de lo que me hacían… Son tan buenos en ello,
que terminé por desistir.
Trey era casi tan bueno como ellos.
Él duda, mira hacia otros lados, tratando de pensar
en qué decirme y entonces, pasa el grupo de Derek. Apenas pasan, Trey les da
una mirada mortal y yo los observo con atención. Todos y cada uno de ellos
tiene algún golpe notorio. Ya sea en un brazo, un pómulo, alguna mejilla o
hasta sus muñecas.
Justamente cuando Trey decide voltearse y verme a
los ojos, yo alzo una ceja.
—Con que te asaltaron, ¿no es así?
Se rasca su nuca.
—Algo así…
Entrecierro mis ojos y él me mira sorprendido.
Okay, normalmente mi actitud no es como está, pero no me gusta verlo lastimado…
Es más, lo odio. Digamos que saca mi instinto maternal o lo que sea.
—Vamos a la enfermería ahora mismo.
Él me mira curioso.
—Liz, mamá me está cuidando bien. No creo que una
enfermera pueda sanarme como ella lo hace.
Tomando valor, lo agarro de su mano y lo jalo por
el pasillo.
—Yo nunca dije que la enfermera iba a atenderte. Lo
que necesito son las cosas de la enfermería.
Siento su mirada asombrada sobre mí, aunque no me
importa mucho, ahora lo que importa es hacer que ese gran moretón que se tiene
baje y asegurarme de que sus costillas no estén fracturadas.
Él ríe, con una carcajada limpia, rica, de esas que
sabes que suenan todos los días porque él no puede evitar reír y yo lo observo
aturdida.
—¿De qué te ríes?
Me sigue sonriendo mientras se encoge de hombros.
—Nada, de que te ves malditamente adorable cuando
pasas de ser “tímida Lizzie” a “fiera Lizzie”. Es algo lindo, muy lindo.
Lo veo unos segundos y trago fuertemente, mientras
desvío mi mirada para que no me vea sonrojar de nuevo.
Seguimos caminando y cuando vamos llegando hasta la
enfermería, lo único que puedo pensar es que papá tenía razón.
Tal vez sí la pasaría bien hoy.
Estoy segura de que ustedes pueden descifrar esa imagen de mil maneras ;)
AJKHAKJAHAJKAHKAJH xD Entre a la pagina como todos los dias y encontree cap nuevooo^^ Crei que iva a morir dde la espera .-. jajajaj Realmente amo esta historia♥ su desarrollo, la evolucion de la relacion, y lo inocente que es liz xP jajaj Me guta jason^^ es un buen personaje, odio a dereck u.u planeo meterme a la historia y ponerle una trampa y cuando menos lo espere plaff un poco de su propia medicina(? jajaja soy mala, lose Grr :| ajaj
ResponderEliminarPd: Me gusto mucho mucho este cap :D Espero que el padre de liz siga asi u.u
JAJAJAJA! ¿Sabes lo que me mata de vos? Eso, que entres a la página TODOS los días! JAJAJAJA! A veces no puedo creerlo, pero te creo por cómo lo dices xDD Awwwn, perdona por la espera, es que... hay que mantener el suspenso (?) Muchas gracias, linda, me alegra DEMASIADO que te guste *-* Ah... Jason, yo amo a Jason ;) Haré que lo amen, lo prometo :3
EliminarAm... Derek... Jum... *cough cough*¨Derek... xD
D:!!! ¿Quieres matarlo? Ya tiene bastantes moretones el pobre (?) Jajaja ;)
Te mando besos y apapachos felices,
Mel(:
PD: Awwwn :3 Pues me alegra MUCHO MUCHO que te guste :DD Y, bueno, tendremos que ver si él quiere seguir así ;)
Donde esta el Mg en esta cosa? xD jajaja See, entro todos los dias como si me fuera a llevar una sorpresa; Realmente estoy mal, lose .-. jajajj Pero todos me quieren asi de loka♥ xP ajjaja Matar a quien? a dereck :o yo decia una broma pesada, matar, mm, es mucho eso ya, a menos que quieras hacer de trey un chico malo(? jajaja
Eliminar^^
Pd: que siga asi porque sino... no le doy chicle a nadie e.e xD
Estúpido y sensual Trey ;c Y ahora tiene un gato! Eso lo hace más sensual aun D; Y con moretones y heridas de guerra asdfghjklkdfj no, es demasiado adsjkd Ya, me calmo o empiezo a babear D:
ResponderEliminarMe da pena Liz :c es que.. es que... Me da pena oh! :c Me gustaria que todo mejorara con ella :l
Looocou, si pones esa imagen yo me imagino muchas cosas .-. Cosas que no deberia imaginar, cosas indecentes (? asdfhkdjd xD
Bien, me voy antes que ponga cochinadas :B
byebye(:
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! AYBOBESPONJA! JAJAJAJAJAJAJA xDDD! Estaba muriendo de risa cuando leí tu comentario! LITERAL! Es que... ¡JAMÁS PENSÉ QUE GOLPEAR A TREY LO HARÍA SEXY! Yo solo lo veía todo moreteado y ahora me lo encuentro como un chico sexy... JAJAJAJAJA!
Eliminaru.u Liz... Liz tendrá que pasar por mucho, querida.
O-O ¡Debo tenés mente sexy! Eso no es ser indecente, es tener imaginación sexy... (ejem... experta en eso por acá, sho... JAJAJA)
Okay, okay, no pongas las cosas de tu mente sexy (?)
Te mando besos y apapachos :3
Mel(:
Chica, me ha encantado el capítulo, tanto, que voy a leer los demás.
ResponderEliminarBesitos!
Jajaja me hace gracia que te hayas leído este primero x3 Espero te gusten los demás también, linda(:
EliminarTeee mando besos y apapachos,
Mel(:
Hola Mel!!
ResponderEliminarHe leido todos los capitulos que la verdad es que enganchan un montooon no he podido dejarlo y lo he leido en nada.
Me gusta Liz pq la veo inocente y tierna, eso sí, odio a dereck uff ¬¬ Jason me ha gustado.
A ver como sigue todo, no puedo esperar.
PD: Me encanta la cancion de Tay que suena *-*
Un beso linda!
May R Ayamonte∞
Maaaay ^^!!! Hola, hola :33
EliminarDebo confesar que no esperaba tu comentario O.o! Fue sorpresivo :33 Pero en el buen sentido x33!!
Awwwwwwwwwwwwwwwwwwwn oghorhgoehrsergh >-<!!! Me alegra MUCHÍSIMO que te haya gustado y que te lo hayas leído en "nada" :33 Eso significa que soy adictiva (?) O sea, la historia xD
Jajajaja creo que todos odian a Derek xD Y que dicha que Jason te gustara, pronto se irá desarrollando más, es de mis personajes ma´s queridos ^^
Te mando besos y apapachos,
Mel(:
PD: OHFOHROGH! ¿Acaso no es buenísima!? Yo también la amo xD
¡¡MEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEL!! ¡En cuanto he visto tu comentario me he metido corriendo en tu blog para ver si había algún capi! ¡MENUDA SORPRESA ME HE LLEVADO! Aish, ¡me encanta, me encanta, me encanta! Eres absolutamente increíble, que lo sepas. Trey... estoy jodida como bien ha dicho Jason jajajaja me encanta Trey... Trey... Va, Mel... ¡es un personaje ficticio! jajajaja
ResponderEliminar¡Espero pronto otro capi, eh Mel!
Un besaaaaaaaaazo de tu otra mitaaaaaaaaaad :DDDDD
Mel.
MEEEEEEEEEEEEEEEL ^^!!! Awwwwn, pues que dicha que te hayas llevado la sorpresota :OO!!! Jajajaja, me encanta que te encante *-*
EliminarAish... *se sonroja un poco* nada, calla, que eres demasiado halagadora, lo dices porque te enamoraste de Trey... xDD!! Jajajajaja :33
¡Ea! ¡Cuidado con lo que dices, que es un personaje ficticio pero es mi hijo! xDD
Jajaja pronto, pronto! Tened paciencia! xDD
Teeeee mando besos y apapachos GIGANTES,
Mel(: (tu otra mitad :3)
Querida chocolatina, mira que blogger nunca me avisa de tus entradas!!!!! waaaa!!!!
ResponderEliminarNo podes ponerle un Widget para que dejemos nuestros correos y así nos caiga una notificación de que ya escribiste una nueva entrada?? vaaamos, di que sí!! *.*
Pasando al fic, amé el capi :D
Trey me hizo reír... y su mamá!! con lo de la chuleta!! jajaja XD
Ojala que el padre de Liz no regrese borracho a la casa... no quiero que le pegue a la pobre u_u
Y, oh... el gato *.* definitivamente tiene que tener un nombre! jeje
Ya quiero leer el proximo!!!
Saludos pedacito de chocolate blanco ;D
PD: No te tardes en actualizar!!
PD2: Recuerdas que tienes pendiente conmigo también el de RS
PD3: Oh, extrañaba postearte algo! *.*
LIAAAAAAAAAAAAAA DE MI CORAZÓÓÓÓÓÓN :333!! (Amo que comentes *-* y más cuando estás usando mi apodo nuevo! JAJAJA) ¿Sabes que no sos la primera que me dice que no le avisa el blogger ¬¬? Creo que te haré caso, ¡en segundos pondré ese widget! SOS UNA GENIA! No se me había ocurrido u.u :33
EliminarJajajajajajaja! Que dicha que la chuleta te hiciera reír (sinceramente, yo me reí cuando leí de nuevo mi capítulo xD)
Bueh, ya veremos qué pasa, ¿no? ;)
Ohh sí, el gatito pronto tendrá nombre :33
Teeeeee mando besos y apapachos,
Mel(:
PD: ¡No tardare! Oh bueno... no tanto (?) xD Ya voy terminando el capítulo 11 *-*
PD2: Jajajaja lo sé, ya tengo el comienzo y... ¿ADIVINA QUIÉN APARECE? :DDD TU PERSONAJE FAVORITO!!! JEREMY!!!!!!!! JAAAAAAAJAJAJAJAJAJA lo sé, que mala soy con vos xDD
PD3: Ohh yo extrañaba nuestros posdatas interminablemente sexys *-* :33
PD4: You're the best corrective IN THE WHOLE UNIVERSE! HANDS UP FOR LIA----> (._.) xD
jajajjaa XD siiii ya dejé mi correo para que me avise :P
EliminarYa quiero leer el próximo!!!!!
Jeremy??!! :O ya quiero ver lo que hace Mr Pippi al verlo *.*
(Team Mr Pippi!!!! ^^)
jejee
Besotes enormes y dulces como vos ;D
Wiiiii! Finalmente pude ponerlo! No sabes lo que me costó u.u Al parecer, mi feed estaba sobrecargado porque las entradas tienen mucho contenido y NO podía minimizarlo! Hasta que finalmente una página me explicó y ya pude ponerlo ¬¬ Me costó 2 días D:!! Pero me dije que lo pondría y lo logré xDD
EliminarMUAJAJAJA! Jeremy :33 Sí *-* Lalalala... ¿aparecerá Mr. Pippi :OO?
(Team... bah, yo no tengo team xD Team alquimistas! JAJAJA)
Besos y apapachos divertidamentee tiernos como vos :33 (muajaja, devolví el cumplido *-*)